Conste en actas

La idea no es empezar a realizar amenazas, por algo está aclarado en el encabezado del blog que eso lo dejamos para la gilada, lo que si podemos decir es que un año pasa rápido, mucho más rápido de lo que tarda nuestra memoria en olvidar.

Por eso la frase que marcó mi día es "Para el Apertura de 2008 el estadio va a estar completado".

La frase salió de el multifacético Julio Comparada (mil y un chistes se pueden hacer con el apellido, pero el kia se movió a Araceli Gonzalez y eso merece mis respetos).

Ahora bien, Julio querido, como te hayas patinado la guita de Agüero y Ustari y no termines la cancha para el primer partido del Apertura 2008, ahi si tiramos el blog a la mierda y no solo salimos en la tele en "El Aguante", sino que también salimos en Crónica, TN , y hasta hacemos revivir a Enrique Sdrech para que nos haga un reportaje desde la cárcel de Coronda.

No sé si he sido claro.

Carta abierta a un almidonado delantero

César Pereyra:

Llegaste a Independiente en la temporada 2005/6 desde Unión de Santa Fe. Te recuerda la gente entrando al final de los partidos, casi siempre por Agüero. Te querías mostrar, esperabas tu oportunidad. "Es rápido y tiene gol", decía algún reportero con acceso a los camerinos.

Te recuerda la falange roja en uno de los pocos partidos como titular contra Gimnasia en la Doble Visera, cuando suplantaste al Kun. El estadio colmado. Tú seguramente pensabas en tu familia en Santa Fe mirando la televisión. Pero no fue tu noche, ni, vale decirlo, la del equipo. La hinchada recuerda lo improductivo, débil, afectado, de tu labor como delantero. Tú pides oportunidades, te lamentas cuando no te las dan, pero las has tenido y has manchado, como tantos, la gloriosa roja.


César Pereyra. No vuelvas más. Quédate en el Nacional B, de donde nunca deberías haber salido.

Dupla técnica de la nada

Probablemente, José Saramago y César Luis Menotti no se conozcan. Al menos en persona. Quizás uno escuchó hablar del otro, o uno leyó algún libro del otro. No sé. Ni importa.

Porque lo que importa es lo que comparten: ambos son una mentira.

Saramago, por su pretendido estilo "novedoso" (que de novedoso no tiene nada), de escribir desoyendo las reglas de puntuación. Y el Flaco por su fútbol izquierdista, romántico, antisistema, (me ahorro las comillas aquí) y demases indefiniciones propias de quien tiene poco y nada por sostener.

Ambos comparten una cohorte de acólitos que, a capa y espada, los defienden. Y ambos poseen una facilidad por las frases vacías. Veamos una muestra.

"La mejor herramienta que tenemos para cambiar al mundo son las ideas, pero en este momento no hay, no las veo". (¡Qué profundidad! No hay ideas en el mundo, guau, menos mal que tenemos a estos intelectuales).


"Se puede dejar de correr, o dejar de entrar en juego durante largos minutos; lo único que no se puede dejar de hacer es de pensar". (Ok, fantástico, dejar de jugar y de correr. Me quedo pensando en la ontología del ser en Heidegger en un corner. 1-0 abajo a los 2 minutos).

Los libros de Saramago y los equipos de Menotti son una falacia andante. Saramago, pese a su discurso "crítico" y "pesimista", es un escritor absolutamente mainstream, que publica exactamente lo que la industria cultural reclama. Ejemplo: Ensayo sobre la ceguera, una de las pretendidas obras maestras del portugués. No hay nada más absolutamente insufrible, previsible, con mecanismos absurdos y un happy end hollywoodense que ese libro. Y tampoco hay nada más absolutamente insufrible, previsible, con mecanismos absurdos que un equipo de Menotti.

Desde esta humilde tribuna seguiremos luchando contra los mentirosos. De la literatura y del fútbol.

¿Querés que te la chupe?

A confesión de partes, relevo de pruebas. Gustavo "Gangoso" Costas: "Racing ya se comió a muchos chicos" .

Esto llegó a un límite: empresa, amargos, 35 años sin salir campeón, nunca llenan la cancha, putean a sus ídolos, los mandamos a la "B", quebraron, etc.

Pero con los pibes, no, eh.

Feliz día del amigo

Requiescat in pace, Negro

Roberto Fontanarrosa (1944-2007)

No tiene nada que ver con la página, ni vamos a caer en el lugar común del "Se fue un grande", "un maestro", y todas las palabras edulcoradas de los monopolios mediáticos, ni vamos a recordar una vez que lo vimos en la feria del libro y con una cara de orto monumental nos firmó un autógrafo (no tengo nada contra la gente que tiene cara de orto; desconfío de las personas que sonríen todo el tiempo), ni vamos a ponernos a llorar "aunque no lo hayamos conocido", ni nada de eso.

Simplemente recordar que fue un tipo que nos hizo cagar de risa. Y no es poco en este mundo de mierda.

Depresión: un estudio de caso

En cuanto al estudio de la depresión, la teoría psicoanalítica ha generado grandes avances en las últimas décadas. Los trabajos de Roberts (1975) han sido pioneros en el análisis de la depresión en el deporte, seguido por las obras de la escuela sueca de Mangunsson (1983) y, más recientemente, los libros de Kolbits & Gerchen (1999), los cuales se dedican específicamente a la depresión en futblistas frustrados.

El caso que aquí nos ocupa es el de César Venier, futbolista que fugazmente pasó por Independiente en la década del 90 y, que luego, según el sitio enunabaldosa, deambuló por Honduras antes de convertirse al evangelismo.

Se ha utilizado como fuente una entrevista realizada al joven Venier antes de debutar en primera en el año 1993. Sindicado como promesa, el entrevistador intentó dar a conocer a los lectores las cualidades del supuesto futuro crack. La depresión y la baja autoestima de Venier son elocuentes; consultado acerca de si se sentía cómodo jugando como enganche, manifestó:

"Es lo que más me gusta(...), porque si me tiro muy de punta, los defensores son muy grandes y con el cuerpo que tengo yo no puedo ganar siempre la pelota.

Vemos aquí la subestimación corporal, producto, según indica Gamallo (2001), de la incorrecta simbiosis con la lactancia materna. El "no puedo ganar siempre la pelota" es una sublimación del período oral donde el "no puedo pedir siempre la teta" sería el componente neurótico presente.

El periodista pregunta luego acerca de sus defectos como futbolista. El joven nuevamente subestima su estatura: "no voy bien de arriba". Aquí el caracter depresivo de lo que según Freud (1909) es la Waltezchaunsen, es decir la incapacidad del depresivo de "saltar" por sobre la imagen paterna.

Pero un aspecto interesante parece ser que el joven Venier faltaba a los entrenamientos. "como yo voy de noche al colegio, me cuesta levantarme temprano para ir a entrenar". Nos faltan evidencias, pero, siguiendo a Panelli (2004) podemos mencionar que una de las características de la neurosis depresiva es la sobreocupación y la noctambulidad, lo cual genera frustraciones (Venier no va a entrenar, por lo tanto pierde físico, por lo tanto no puede ganar a los defensores más altos que él, y así comienza nuevamente el círculo vicioso de la depresión).

En conclusión, creemos que el caso de Venier es una elocuente muestra de análisis acerca de la depresión en futbolistas frustrados.

Próxima entrega: Carlos Matheu.

Bibliografía consultada

• Roberts, John: The Sportman´s depression. A Global Analysis, Oxford University Press, 1975.
• Mangunsson, Carlos: "Me bajoneo si no me salen las cosas. Un análisis del depresivo en el fútbol", en Ramajo, Rodrigo (ed.) Nuevos aportes al estudio de la neurosis depresiva, Siglo XX editores, Barcelona, 1983.
  
• Kolbits, Rupert & Gerchen, Mark: The soccer download, Sam on Radio publisher, New York, 1999.
• Freud, Sigmund: "Con la pipa, pa", en Obras completas, Amorrortu ediciones, Buenos Aires, 1985.
• Gamallo, Carlos: "Der Waschuntausen tetsin", en Journal of Fingerless studies nº 120, June-July 2001, pp. 24-34.
  
• Panelli, Alejandro: "La sobreocupación y la noctambulidad en la neurosis depresiva", en Revista de psicoanálisis marxista-leninista, nº 25, septiembre 2004, pp. 72-90.
  

Jazz racinguista

Kenny, en su último disco, intitulado: "Vamo´ la Academia".

Keneth Gorelik, a.k.a Kenny G. es un saxofonista cuyas inconfundibles melodías inundan todo consultorio odontológico que se precie de tal.

Pero más allá de gustos musicales, luego de una ardua investigación Todoslosrojos descubrió que Kenny G. es hincha de blanquiceleste. Sí, de la empresa. Se hizo fanático en su Seattle natal, donde existe una minúscula peña de hinchas llamada "Fernando Lanzidei presente".

Kenny G. tocando en el partido homenaje a Gustavo Barros Schelotto.


En un reportaje exclusivo con el enviado especial de Todoslosrojos, Kenny G nos contó su sentimiento racinguista.

"Cuando compongo, suelo inspirarme en las jugadas de racing, en su hinchada y en sus grandes ídolos, como el Cabezón Allegue, el Turco García o el sifón Ubeda".

"Muchos critican mi estilo por "comercial", continúa Kenny mientras lustra su foto con Bush padre. "Sin embargo, nada de malo tiene el capitalismo. Creo fervientemente que las empresas son la mejor forma de organizar el arte y el deporte". Un saxofonista PRO.

Consultado acerca del futuro cercano del club de sus amores, Kenny sostiene "Tengo mucha fe en Gustavito Costas. Creo que no se le entiende un carajo cuando habla, pero a mí tampoco me entienden los que critican mi música". Y recuerda a Miles Davis "Miles era del rojo. Aunque mucha bola no me daba a mí porque cuando lo conocí nosotros jugábamos en la B" Y por último agrega: "Los hinchas de Racing somos sufridos, es así".

Un Kenny auténtico.