Bola de sebo

A Caruso Lombardi ya no le queda dignidad. No sólo tiene como único y pobre argumento de juego tirar ollazos al área rival, sino que, pese a que cree que se las sabe todas, un limpiavidrios aprovechó un descuido para afanarle una de esas cadenitas gronchas que usa. Y no solo eso, el gordo nabo se mandó a correr al caco y "le tiró" (sic) produciéndole un desgarro.

En la primaria solía cantarse: "por esa acción / por esa acción / se merece una ovación":

¡Qué boludo!