domingo, 22 de junio de 2008

Pavoni, Trossero, Milito


Y ahora Carlos Matheu. Se festejó en la cancha su gol como hace rato que no se grita algo. Es poco, ya sabemos, para nuestra historia, pero vale, vale. Entramos a la Sudamericana, jugaremos con Estudiantes y esperareremos a noviembre para ver inaugurada la cancha. Vayamos al partido.

El rival. Si el mundo fuera más justo, Arsenal no debería existir: viven a diez cuadras de la cancha de Racing y fueron (sus únicos) cuarenta hinchas, sus jugadores hacen tiempo desde el primer minuto y por supuesto tienen el favor
-imperceptible a menudo- de árbitros tan patéticos como Bassi. Por supuesto, las cómplices y bien pagadas páginas del amarillismo vernáculo hablarán de un equipo "inteligente", "práctico", pero la verdad que son una vergüenza.

Luego de gol de Arsenal, en opinión de quien esto escribe se hizo lo que había que hacer. Se respetó la historia, como reclamábamos hace un tiempo: el técnico metió todos los delanteros que había y los laterales subían todo el tiempo, lo mismo que Ledesma. Había que entrar a la copa o el escarnio.

Un par de goles errados de forma indecible vaticinaban la desazón. Pero apareció el derechazo cruzado de Lothar Matheu y el delirio total: al hincha que en la popular casi le parto una paleta de un codazo, le pido disculpas. Fue uno de esos momentos que justifican el amor a los colores. Y al ver a Matheu besándose el escudo vimos renovado el viejo sueño del pibe de hacer un gol agónico con la camiseta de la que sos hincha.

Por último, la jugada más ovacionada: una vez consumado el sufrido empate llovieron un par de bochazos de Arsenal. Uno de ellos, sin peligro inmediato, fue revoleado (la palabra describe exactamente el hecho) por el uruguayo Rodríguez con una vehemencia tal que despertó la aprobación unánime de la popular. Como lo hacían los viejos y queridos zagueros rojos.

1 comentarios:

A las 23 de junio de 2008, 9:41 , Anonymous Anónimo ha dicho...

Es rescatable que se corrio y se metio como pocas veces. Es reprobable que entre tantas llegadas no cerraron ni una y arsenal revoleando bochazos desde la defensa para calderon casi nos deja con las manos vacias.
Es rescatable que borghi tiro todo lo que habia para tirar bajo el lema "guita o mierda" cuando parecia que todo se iba sin remedio. Es reprobable el poco orden y la poca claridad que se hicieron presentes en gran parte del partido
Igual vamos rojo de mi vida, volvimos a las copas. Hagamos que vuelva a ser una costumbre

 

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