1983

Ayer* se cumplió un cuarto de siglo del máximo orgullo que un club de fútbol puede tener: salir campeón y mandar al descenso a su sempiterno rival en una misma tarde. Tanta importancia tiene esta fecha, que no tememos exagerar al sostener que todo hincha de Independiente que no conozca qué sucedió ese día, merece ser destituido como adorador de la roja insignia. Como la toma del Palacio de Invierno para los comunistas, o el 17 de octubre para los peronistas, el 22 de Diciembre es un día cuyo decurso resulta constitutivo de la identidad Roja. De hecho, este inefable blog prácticamente se inició rememorándolo. No podía ser de otra manera.

Para este 25 aniversario hemos elegido unos versos; no son de César Vallejo, ni de Oliverio Girondo, ni de José Martí. Pero retoman el legado de lo mejor de la poesía latinoamericana. Que los disfruten:

Mi sangre lleva este color
Rojo de mi corazón
Ya no me importa nada voy con vos
No se puede explicar esta pasión

Se mueve la popular
Nadie lo puede entender
La banda no te deja de alentar
No importa si en la cancha vos perdés

Independiente, yo te sigo
Siempre voy a estar contigo
Aunque nos mande la yuta la Acadé.

Todavía estás llorando,
Racing: no era para tanto
Solamente te mandamos a la "B"

*El atraso se debe a que Edesur hubo de cortar la luz a quien esto escribe... y sin contar que cierta gente podría cumplir con sus obligaciones de bloguero de vez en cuando. Como tengo códigos, no voy a decir nombres.