lunes, 12 de marzo de 2007

El heredero



Damián el piojo Manso es un símbolo del rojo de los últimos años. Inolvidable para los hinchas, su zurda supo impactar a las tribunas de la doble visera entre las temporadas 2003-2004. En su primer partido (3-1 contra Estudiantes) la rompió y los hinchas enrojecieron sus palmas y lo nombraron con un título cuasi nobiliario: el heredero del Bocha.

Parecía que había llegado el Mesías. Aquel que, después del retiro del más grande, llevaría al rojo a lo más alto. Aquello que, por distintos motivos, no habían podido lograr ni Garnero, ni Insúa ni tantos otros. La 10 roja, por fin, había encontrado un torso perfecto donde calzarse. Lamentablemente, se tuvo que ir pronto.

El idilio pareció llegar una tarde de fines de 2003 contra Racing, en cancha de la empresa, cuando convirtió el 1-0 . Fue su único gol con la roja. Lamentablemente, el clásico terminó en un pobre y olvidable empate 1-1.

Sin lugar a dudas, si no fuera por los errores del técnico, de los dirigentes, de sus compañeros, de la tribuna, del que vende colgantes en Alsina y Belgrano, de los utileros y del que agita los brazos cuando está por salir el equipo, Mansito nos hubiera llevado directamente a Japón. Seguramente su zurda hubiera mareado a Maldini, Costacurta, Nesta, Cannavaro o cualquier defensor europeo que quisiera marcarlo. Lamentablemente, nos quedamos afuera con Sao Caetano, por penales.

Damián el piojito Manso es un símbolo del rojo de los últimos años.

Lamentablemente.

1 comentarios:

A las 12 de marzo de 2007, 22:33 , Blogger dielom ha dicho...

así como el rojo tiene al piojo manso, boca tuvo al flaco dollberg. grandes figuras del futbol argentino... "para manso, los murcielagos"...

 

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