Transilvania es un infierno

Este domingo se juega el clásico de Cluj-Napoca entre el CFR-Cluj, equipo donde milita Emanuel Culio, y el Universitatea Cluj.

La ciudad está que hierve. Pocos se animan a mostrarse en público con la camiseta, por temor a las trifulcas. Nuestro corresponsal en Rumania nos tradujo algunas de las alarmantes pintadas que ya se leen en las paredes:

Eh, univesitatrola, vas a correr guachín. Ni te asomes por nuestra cancha.
A todos los gatos de U-cluj, lo vamo´a matar
¿Te acordás como corriste en Bucarest? Tiraste tiros porque sos cagón!
Vamos el CFR-Cluj, con los trapos, el vino y el faso. De la cabeza, para cojernos (sic) a estos gatos del Universitatea.

De todos modos, presionado por los dirigentes, Andrea Bebote Mutu, el jefe de la barra del CFR-Cluj, ya arregló con su par del Universitatea, Gica Loco demente Popescu para que no haya grescas. Sin embargo, la paz no está garantizada. Según comenta un allegado a la barra del CFR-Cluj, que prefiere mantener el anonimato, "el problema es que los más pibes se fuman un par de pacos y se ponen de la cabeza. Así no se puede". La ecuación estupefacientes=violencia no es sólo privativa del conurbano bonaerense.

Desde estas latitudes hacemos votos para que prime la fiesta y no la violencia. Así, la familia transilvana podrá concurrir con tranquilidad a disfrutar del clásico.
Que así sea.